Sabías que la forma en que nos sentamos, nos paramos o nos movemos no solo tiene un impacto en nuestra salud física, sino también en nuestra salud mental y emocional? De hecho, la postura puede influir en nuestras emociones y, a su vez, nuestras emociones pueden influir en nuestra postura.
¿Cómo se relacionan?
La postura es una expresión física de cómo nos sentimos. Si estamos tristes, nuestra cabeza tiende a caer hacia abajo, nuestros hombros a encogerse y nuestra columna vertebral a curvarse. Si estamos felices, nuestra postura suele ser más erguida, con el pecho y nuestra cabeza en alto.
Sin embargo, esta relación entre la postura y las emociones no es solo unidireccional. La postura también puede afectar nuestras emociones. Por ejemplo, si nos sentamos o paramos en una posición erguida y abierta, nuestro cuerpo produce menos cortisol, la hormona del estrés, y más testosterona, la hormona de la confianza y la energía. Por el contrario, si nos sentamos o paramos encorvados y cerrados, nuestro cuerpo produce más cortisol y menos testosterona, lo que nos hace sentir más estresados y menos seguros.
Nuestro cuerpo es un fiel reflejo de como nos encontramos animicamente, si no lo crees, intenta llorar con una posición elegante y de apertura.. pues, seguramente, será bastante dificil.
Además, la postura también puede afectar la forma en que procesamos la información. Un estudio publicado en la revista Cognition y Emotion descubrió que los participantes que se sentaron en una postura erguida y abierta recordaron más palabras positivas que los participantes que se sentaron en una postura encorvada y cerrada. Esto sugiere que una postura erguida y abierta puede mejorar nuestro estado de ánimo y nuestra memoria.
Cómo influir en nuestras emociones a través de la postura y la respiración
Dado que la postura y las emociones están estrechamente relacionadas, podemos utilizar la postura y la respiración para influir en nuestro estado de ánimo y mejorar nuestro bienestar emocional. Aquí hay algunas técnicas que puedes probar:
- Adopta una postura erguida y abierta: Si te sientes triste o estresado, trata de adoptar una postura erguida y abierta. Mantén tus hombros hacia atrás, tu cabeza alta y tu pecho hacia afuera. Esto puede ayudar a reducir los niveles de cortisol y aumentar los niveles de testosterona, lo que te hará sentir más seguro y enérgico.
- Haz respiraciones profundas: La respiración profunda puede ayudar a reducir los niveles de estrés y mejorar el estado de ánimo. Siéntate cómodamente con los pies en el suelo y las manos en tu regazo. Cierra los ojos y respira profundamente por la nariz, sosteniendo la respiración durante unos segundos antes de exhalar lentamente por la boca. Repite este proceso varias veces, así estarás regulando tu sistema nervioso.
- Haz ejercicio: El ejercicio no solo mejora la postura y la respiración, sino que también libera